domingo, 20 de mayo de 2012

Los porqués del desfile que no fue





La decisión de cancelar los actos de hoy se enmarca en la pugna del quintelismo con el bederismo. En tanto, los antimineros se despegan de Quintela, aunque tienen diferencias entre sí.

El horno no está para bollos, diría la abuela. Y es definitivamente así. El jueves pasado, el gobernador Luis Beder Herrera hizo dos anuncios importantes. Por un lado, dijo que se aumentan a partir de mayo los sueldos estatales, noticia trascendente en tanto el Estado es el principal empleador de la provincia.

Pero en la misma conferencia de prensa, el gobernador informó que había decidido cancelar el desfile cívico militar por el Día de La Rioja, con lo cual desencadenó una catarata de declaraciones y especulaciones que siguen viboreando en el mundillo político.

Esta situación es la resultante del enfrentamiento entre el municipio capitalino y el gobierno provincial, que viene marcando la agenda política de las últimas semanas. Con un Quintela que insufla a su tropa para hacer una demostración de fuerza que convenza a Beder sobre su obsesión, la coparticipación municipal, el Ejecutivo decidió cancelar el acto previsto para hoy, como un modo de evitar incidentes luego de los huevazos a la Casa de Gobierno. Este escenario se analizaba por lo menos desde el martes y el propio gobernador fue midiendo la situación hasta llegar a la conclusión anunciada.

Desde la Residencia, Beder Herrera no necesitó hacer demasiadas referencias a los destinatarios de su mensaje, ya que cuando habló de evitar incidentes durante el desfile, todos sabían que apuntaba al Gitano y a su gente. Pero la mención a los ambientalistas fue más directa, cuando tomó los dichos de Marcela Crabbe y señaló a aquellos que “se declararon consumidores de estupefacientes” como parte de esta cuestión.

Ahora bien, las implicancias de esta decisión de Gobierno tiene diferentes lecturas y más de una interpretación, de acuerdo al color del cristal con que se mire. Alrededor de los festejos del 20 creció una tensión provocada, principalmente, por el quintelismo, con las movilizaciones de su brazo ejecutor, el SOEM, que generaron cada mañana un caos vehicular como la mayor de las consencuencias pero contribuyeron a montar una sensación de malestar.

Pero en la vereda de enfrente, entre los “contrafestejantes” se incluyen también los ambientalistas, que hacia principios de año, cuando las manifestaciones antimineras se transmitían en vivo por la televisión nacional, se vincularon al quintelismo, aunque ahora hay varias fracciones que están replanteando sus afinidades. Finalmente, y aunque su gravitación es mucho menor, los gremios disidentes se anotan también en la partida, en sintonía con los antimineros, si bien en algún momento le dieron cabida al sindicato municipal.

Aunque esos tres sectores rechazaron el anuncio de Beder Herrera sobre la suspensión del acto y anunciaron sus propias movilizaciones, hacia adentro todos se adjudican el protagonismo de haber provocado la suspensión de los actos.
Las expresiones de la postura antiminera, que movilizó a un importante sector de la sociedad riojana y obtuvo fuertes respaldos desde afuera de la provincia en enero, cuando se realizaron las dos marchas más concurridas, se fueron desinflando con el correr de los meses. Por un lado, esto es el resultado del natural desgaste de todo movimiento, aunque hay otros factores que inciden en este proceso de desaceleración.

Uno de esos factores son las divisiones que se perciben entre las asambleas, que se manifestaron claramente esta semana. Las llamativas manifestaciones de Crabbe acerca del consumo de sustancias prohibidas en el corte en Alto Carrizal, son difíciles de entender ya que tal como fueron expresadas empañan a todo el movimiento ambientalista; pero en un marco de pujas internas se puede entender que tendrían destinatarios directos. No es un secreto en Famatina que los antimineros tendrían varias líneas con serias diferencias entre sí y para muchos las declaraciones radiales de la dirigente podrían tener alguna intencionalidad derivada de esos desencuentros.

Por otra parte, la Asamblea ciudadana de la Capital decidió despegarse del quintelismo –un encumbrado dirigente hizo gestiones el viernes para acercarlos, pero fracasó- y convoca a una marcha propia hacia la Legislatura, de la que sí participarán los gremios opositores. En tanto, una versión indicaba que en Famatina un sector antiminero no concordaba con esa posición ya que sostenía que deben mostrarle al Gobierno provincial un frente numeroso y unido. Finalmente, los asambleístas irían en conjunto, ya que un importante sector del radicalismo que se suma a la marcha apoyó también la idea de diferenciarse del conflicto entre el municipio y la provincia.

Mientas tanto, el intendente capitalino tiene cada vez menos amigos en la Casa de las Tejas. Esta semana, la secretaria de Hacienda municipal, Claudia Ortiz, le disparó con munición gruesa al secretario Alberto Paredes Urquiza, quien puso en juego su relación personal con el Gitano para buscar una solución al conflicto la semana pasada.

La funcionaria lo trató virtualmente de mentiroso, cuando desmintió que exista un acuerdo financiero. Lo notable es que en este momento de máxima tensión, los quintelistas no dudan en quemar los puentes, aunque sean los últimos.

No hay comentarios.: