miércoles, 2 de enero de 2008

EL HOMBRE SIN ROSTRO












Hablando exclusivamente de la nota creo que es algo tendenciosa y amarillista ya que el hombre no aceptaba tratamiento alguno y eso es su desicion personal no es la postura de los testigos de Jehova.Ademas se le diagnostico mal un tumor, no quedo asi exclusivamente por no aceptar sangre. Dice que complica cualquier tratamiento, en realidad este caso pone a prueba la profesionalidad del medico, esa es toda la complicacion.

La cara de José Mestre está desapareciendo por un tumor que la cubre casi por completo. La historia de un hombre condenado a vivir en la oscuridad

"¿Por qué a mí? ¿Por qué me ocurrió esto?", se pregunta el hombre de 51 años que reside en Portugal.

Su historia comenzó con una marca de nacimiento en el rostro. Jamás imaginó que eso cambiaría su vida para siempre.

"Mi cara es asquerosa pero mi corazón no lo es", destacó José Mestre, quien se presenta ante el mundo para suplicar compasión. Está cansado de ser el blanco de las burlas y que desconocidos se le acerquen sólo para sacarle una foto.

Desde los 16 años, el hombre lucha con el crecimiento de este tumor que ya alcanzó los 15 cm. El mismo lo dejó ciego de un ojo, destrozó sus labios y quebró sus dientes. Día a día, amenaza con sofocarlo hasta la muerte.


La negativa a un tratamiento
La condición de José fue mal diagnosticada durante años. Una solución se presentó tiempo atrás, pero él no quiso aceptarla.

Fue su hermana Guida, quien cuida de él desde la muerte de su madre, quien lo impulsó a buscar una mejora. Como José es testigo de Jehová se niega a someterse a transfusiones de sangre, cuestión que complica cualquier tratamiento.

"Morite solo, pero no conmigo", le gritó un día Guida, frustrada por la actitud de su hermano. Luego de considerarlo, el hombre aceptó consultar a los especialistas.

Médicos británicos le ofrecieron someterse a pequeñas intervenciones para remover el tumor por partes. De esta forma, no necesitaría transfusiones de sangre, informó el diario The Sun.

"Me siento triste y enojado", confesó José. "Si no fuera por la sangre que tiene dentro lo cortaría yo mismo". Luego de considerarlo, aceptó este tratamiento, al que se someterá en los primeros meses del año.

"Deseo poder habla con mis amigos, comunicarme con la gente y sentir mis ojos", reconoció el paciente. "Quiero conocer el mundo".

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