miércoles, 15 de agosto de 2007

EL RIESGO DEL INFARTO ES MUY BAJO














Aquellas personas que ya padecieron algún episodio cardiovascular no enfrentan un riesgo "elevado" de sufrir un infarto o "muerte súbita" como consecuencia de la actividad sexual que desarrollen, según señalaron especialistas locales.


"Después de un evento cardiovascular, dentro de la rehabilitación, se incluye la reeducación para la actividad sexual. Todos los pacientes pueden llegar a tener una actividad normal mientras respeten las pautas que le da el médico", afirmó el cardiólogo y deportólogo Hernán Delmonte, miembro del Comité Ejecutivo de la Fundación Cardiológica Argentina.

El especialista aseveró que, en general, "el riesgo de infarto de miocardio, muerte súbita, arritmias o insuficiencias cardíacas asociado a las relaciones sexuales, es bajo".

"La actividad sexual –añadió el médico- está asociada a un moderado estrés hemodinámico y bajo riesgo absoluto de infarto de miocardio. Sólo el 1 por ciento de los infartos se pueden atribuir a la actividad sexual".

Delmonte se pronunció de esa manera al dar a conocer, junto a otros especialistas, algunos de los temas que serán analizados en una serie de encuentros destinados a médicos de todo el país, que la Fundación Cardiológica Argentina llevará adelante durante el Congreso Argentino de Cardiología, a realizarse entre el viernes y el domingo próximos en esta capital.

"Se ha demostrado que el gasto de energía durante el coito es de bajo a moderado. Y es menor aún cuando la relación se da con una pareja estable.

La frecuencia cardíaca es más baja que la que ocasionan otras actividades normales de la vida cotidiana: aproximadamente la misma que tras subir dos pisos por la escalera", dijo el médico al referirse a esta cuestión.

Indicó que "a veces los médicos no hablan de estos temas lo suficiente, los pacientes no preguntan y se convierten en autodidactas", por lo cual "tratan de calcular cuánto esfuerzo les requerirá una relación sexual, en comparación con otras actividades que retoman, como el ejercicio o la actividad física".

Según las normas seguidas por los especialistas, en los casos de las personas que eran sanas hasta el momento de sufrir un episodio cardiovascular, los riesgos posteriores por mantener relaciones sexuales son "muy bajos", mientras que quienes ya tenían un riesgo cardiovascular elevado –por otros motivos- probablemente deban restringir su actividad sexual.

"Hay tres nieles de riesgo: bajo, moderado o alo. De eso depende si el paciente retorna o no a su actividad sexual, con o sin medicación", agregó Delmonte.

Por otro lado, el médico subrayó que la disfunción sexual "es común entre los pacientes que han tenido un evento cardiovascular", llegando a por lo menos "el 50 por ciento" de las personas que padecieron un episodio de esas características.

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